Los endulzantes artificiales se han relacionado con el aumento de peso
- padresbusiness/Antonio Menacho
- 2 oct 2018
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Historia en Breve

La fenilalanina es un producto de degradación del aspartame que bloquea la actividad de una enzima llamada fosfatasa alcalina intestinal (IAP)
En un estudio previo, se descubrió que la IAP evitaba el desarrollo del síndrome
metabólico (y disminuía los síntomas en las personas que presentan este padecimiento) cuando se administraba en ratones
Es probable que el aspartame promueva la obesidad al inhibir la actividad de la IAP
"Las personas eligen endulzantes artificiales sin calorías de manera intuitiva, en vez del azúcar, para perder o mantener el peso...
Ya sea debido a un esfuerzo de mercadeo exitoso o no realizado por la industria de bebidas de dieta, a menudo la población que es consciente de su peso considera a los endulzantes artificiales como "alimentos saludables". Pero, ¿realmente podrían los endulzantes artificiales ayudar a bajar de peso?
De forma sorprendente, los datos epidemiológicos sugieren lo contrario. Diversos estudios prospectivos de cohortes a gran escala encontraron una correlación positiva entre el consumo de endulzantes artificiales y aumento de peso".
El aspartame puede promover la obesidad al bloquear la actividad de la enzima intestinal
"Descubrimos que el aspartame bloqueaba una enzima llamada fosfatasa alcalina intestinal (IAP) que previamente habíamos demostrado que podía prevenir la obesidad, diabetes y síndrome metabólico; por lo cual consideramos que es posible que el aspartame no fuera de ayuda porque, aunque sustituyera al azúcar, bloqueaba aspectos beneficiosos de la IAP".
Los ratones en el estudio fueron alimentados con agua común y corriente o infusionada con la cantidad equivalente de aspartame que se encuentra en 2 a 3 1/2 latas de soda, junto con una alimentación normal o alta en grasas.
Los ratones del grupo alto en grasas que bebieron agua con aspartame aumentaron más peso en comparación con los que llevaron la misma alimentación sin aspartame en el agua.
Además, todos los ratones alimentados con aspartame tenían niveles más altos de azúcar en la sangre, un indicador de intolerancia a la glucosa ─así como niveles más elevados de la proteína inflamatoria TNF-alfa─ que sugiere una inflamación sistémica. Dado que el aspartame inhibe la IAP, los investigadores sugirieron que era contraproducente consumirlo.
Desde los años 80s, los endulzantes artificiales se han relacionado con el aumento de peso
En 2016, los endulzantes artificiales aún eran percibidos como un apoyo para perder peso, a pesar de que sus desventajas en la pérdida de peso se han documentado desde por lo menos los años 80s.
Posteriormente, la investigación de San Antonio Heart Study, en la que participaron casi 4000 adultos, descubrió que los consumidores de bebidas endulzadas artificialmente tenían un IMC (índice de masa corporal) más alto que los que no las consumían.
Una vez más a principios de los años 80, un estudio en el que participaron casi 78 700 mujeres encontró que utilizar endulzantes artificiales aumentaba junto con el peso relativo, y las consumidoras eran significativamente más propensas a aumentar de peso en comparación con las que no consumían endulzantes artificiales.

Dicha relación ha continuado aumentado a lo largo de las décadas transcurridas. Las bebidas endulzadas artificialmente, incluyendo a las sodas de dieta, se encuentran entre los principales culpables, y su consumo ha estado relacionado con un aumento "sorprendente" en la circunferencia de la cintura de los adultos mayores, según indicó un estudio.

Asimismo, la investigación publicada en la revista académica PLOS One encontró que consumir sodas endulzadas artificialmente con regularidad estaba vinculado a diversos trastornos del síndrome metabólico, como por ejemplo:

Obesidad abdominal
Resistencia a la insulina
Alteración en la intolerancia a la glucosa
Niveles anormalmente elevados de grasas en la sangre
Presión arterial alta
El estudio encontró que beber soda de dieta endulzada con aspartame elevaba en un 67 % el riesgo de diabetes tipo 2(independientemente de si aumentaba de peso o no), así como en un 36 % el riesgo de síndrome metabólico.
Una forma en que los endulzantes artificiales pueden elevar el riesgo de aumento de peso, obesidad y otros problemas relacionados, como la diabetes tipo 2, es al inducir "trastornos metabólicos", según indicó un informe publicado en la revista Trends in Endocrinology and Metabolism:10
"... La evidencia acumulada sugiere que los consumidores frecuentes de estos sustitutos de azúcar también podrían estar en mayor riesgo de aumento de peso excesivo, síndrome metabólico, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular.
... Consumir alimentos y bebidas dulces pero sin o reducidas en calorías podría inhibir las respuestas aprendidas que normalmente contribuyen a la homeostasis de la glucosa y energía.
Debido a esta interferencia, el consumo frecuente de endulzantes de alta intensidad podría tener el efecto contraintuitivo de inducir trastornos metabólicos".
Si trata de perder peso, debe evitar los endulzantes artificiales
Hay una serie de razones por las que debe evitar los endulzantes artificiales (como por ejemplo, su relación con el cáncer), pero una que podría ser más convincente para las personas que intentan perder peso es el simple hecho de que probablemente impidan tal proceso.
Cuando sienta el antojo de comer dulces, debe resistir la tentación de consumir un alimento o bebida endulzada artificialmente, y en vez de eso, comer algo naturalmente ácido. El sabor ácido, como el de los vegetales fermentados o agua con jugo de limón amarillo o verde puede ayudar a disminuir el antojo de alimentos dulces.
Si eso no le apetece, entonces puede probar con una taza de café negro orgánico, un receptor de opioides que podría unir a sus receptores opioides, mantenerlos ocupados y básicamente bloquear la adicción a otros alimentos liberadores de opioides.
Una manera de endulzar el agua es obtener azúcar directa de las plantas dulces, como la remolacha, caña de azúcar, stevia y muchos más edulcorantes que provienen directamente sin modificarse.
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